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Es un dilema muy habitual entre quienes se plantean renovar las ventanas de su vivienda, pero la respuesta es clara: el PVC es 1.400 veces más aislante que el aluminio, es más barato y 100% ecológico. Los mitos en contra del PVC son infundados: ni es cancerígeno, ni arde con facilidad, ni dura menos que el aluminio.
Si pensamos en las ventanas de una vivienda, hablamos sobre todo de aislamiento térmico y acústico. Queremos que nos protejan del frío y nos aíslen del ruido exterior. Además, buscaremos una solución duradera: la obra tiene un coste lo suficientemente elevado como para no querer repetirla en muchos años.
Aislamiento y durabilidad son dos de las palabras clave. Y en ambos casos, la mejor respuesta es el PVC.
Si bien la elección entre aluminio y PVC sigue suscitando dudas, en los últimos años va generalizándose el uso del PVC por sus avanzadas prestaciones. Sin embargo, en nuestro país hemos vivido muchas décadas con la ventana de aluminio y seguimos teniéndola en mente, por varios motivos.
En primer lugar, es más barata. Además, existe la falsa percepción de que, al ser un material metálico, será más resistente y duradero que el PVC, que es plástico. Por otro lado, el famoso concepto de la ‘rotura del puente térmico’, cada vez más efectivo, ha llevado a pensar que se habían superado las carencias del aluminio como material idóneo para ventanas de hogar.
El problema del aluminio es de partida. Es un material conductor. Es decir, transmite el calor. Por tanto, es una elección errónea si lo que buscamos es lo contrario: una solución constructiva que no deje pasar el calor.
La rotura del puente térmico consiste en intercalar material no conductor entre las capas de la ventana de aluminio para reducir las elevadas pérdidas de calor. En el PVC, es innecesario. Es 1.400 veces más aislante que el aluminio.
Este concepto identifica la capacidad de un material como aislante térmico. En este artículo tienes más información sobre el valor U. El aluminio presenta un valor U de 3,2 a 5,7. El PVC está entre 1,8 y 2,2.
Si buscamos aislar nuestro hogar del exterior, está claro que el aluminio no es la mejor opción.
Por otro lado, el PVC presenta valores muy eficientes en lo relativo a aislamiento acústico. Los sistemas de ventana de PVC más innovadores logran atenuar el ruido hasta en 48 decibelios (como referencia, el ruido del tráfico alcanza aproximadamente 70 decibelios).
Uno de los mitos más comunes en torno al PVC es que arde con facilidad y que, en caso de incendio, al ser plástico, genera gases letales. Incluso se dice que la sola presencia del PVC en nuestro hogar puede ser cancerígena.
Estos miedos son infundados. El PVC es plástico, pero ni arde con facilidad (al contrario, tiende a extinguir las llamas) ni emite gases letales (en todo caso, irritantes). En cualquier caso, en caso de incendio hay materiales en el hogar muchísimo más inflamables y tóxicos que las ventanas de PVC, que serían de las últimas cosas en arder.
En contra de lo que se piensa, el PVC es un material 100% ecológico y reciclable. Una vez llega al final de su vida útil, el PVC de una ventana puede reciclarse para ser utilizado de nuevo.
Por otro lado, por sus altas prestaciones como aislante térmico, contribuye a la sostenibilidad, ya que permite reducir el consumo de calefacción, con el consiguiente ahorro para el medio ambiente (además de para el bolsillo).
Aquí se suele argumentar que, al contrario, el aluminio es mucho barato que el PVC.
Hay que aclarar que, si hacemos una comparativa entre ambos tipos de ventana, debe ser siempre con unos estándares mínimos de calidad. ¿Hay ventanas de aluminio más baratas que de PVC? Sí, las hay, pero no son comparables en términos de calidad.
Hay que tener en cuenta que el Código Técnico de Edificación vigente en España obliga a instalar ventanas aislantes e incluso prohíbe la instalación de ventanas de aluminio en zonas de clima extremo.
Por tanto, se debe comparar el precio de sendas ventanas de PVC y aluminio con prestaciones similares, acordes a los niveles de aislamiento térmico y acústico que hoy se exigen por ley. En dicha comparación, el PVC es más barato que el aluminio.
Otra de las ideas erróneas en torno al PVC-aluminio es que, al ser metal, el aluminio dura más y en mejores condiciones que el PVC. La ventana de PVC tiene una duración estimada de 50 años, así lo atestiguan las ventanas instaladas en otros países de Europa, en los que la ventana de PVC se utiliza de forma regular desde hace muchas décadas.
El PVC es muy versátil en cuanto a acabados. Se le puede dar a la ventana el color que queramos, incluso pueden hacerse de un color por dentro y otro por fuera, para respetar la estética de la comunidad.
En cuanto al mantenimiento, la ventana de PVC está creada para perdurar sin dar ningún problema. Por tanto, apenas requiere mantenimiento, salvo un engrasado periódico de las partes móviles y una correcta limpieza.
Como hemos visto, el PVC es la opción más idónea, sin duda, para ventanas de hogar.
Sin embargo, en instalaciones en las que no es tan relevante el aislamiento, el aluminio puede ser una excelente opción, por sus buenas condiciones de resistencia y durabilidad. Hablamos sobre todo de instalaciones en comunidades (puertas de portal, de acceso a patio, ventanas de escalera, puertas de camarotes…), en locales no destinados a vivienda y en locales comerciales.
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